Leyendas:
Historia del unicornio: A continuación os relatamos la leyenda que nace en la Edad Media. Los protagonistas no eran ni lamias, ni dragones, ni brujas, sino un unicornio que vivía en el valle de Araitz. Según dicen, el Rey Sancho vivía lleno de tristeza y como los médicos del reino no encontraban remedio para él, se dirigió a un ermitaño en busca de ayuda. Este le dijo que se curaría bebiendo una pócima del cuerno de un unicornio. Le hizo saber que había uno en el encinar de Betelu, pero que era muy peligroso cazarlo, que solo se rendía ante las personas de gran alma y ante doncellas que nunca habían sufrido penas de amor. Así, Giomar, la hija del Rey Sancho, que todavía vivía triste por la pena sufrida por el asesinato de su marido, se dirigió al bosque a cazar el unicornio, pero éste traspasó su cuerpo con su cuerno. A su vez, los ballesteros del rey, mataron el unicornio con sus flechas. El rey bebió la pócima del cuerno y se curó, pero la pérdida de su hija Giomar le partió el corazón para siempre.
Las brujas de Araitz: Se cuenta que las brujas de Araitz se reunían en la campa llamada Urrizolako Malda antes de volar a celebrar los Akelarres. Son muchas las historias que podemos escuchar de la boca de nuestros mayores. Además de las leyendas hay una historia tan cruel como cierta que aún perdura en la memoria de Araitz, desgraciadamente fueron muchos vecinos de Araitz víctimas de la inquisición. El año 1984 el director cinematográfico Pedro Olea grabó la película «Akelarre» basándose en la historia de la inquisición en el valle de Araitz ( siglo XVIII). (Brujerías en la Montaña de Navarra en el siglo XVI. Florencio Idoate).
Curiosidades:
La destrucción del pueblo de Intza: Para todo el que llega al pueblo de Intza llama poderosamente la atención la gran dispersión de sus caseríos. Las fuertes lluvias caídas en agosto y septiembre de 1714 provocaron que 526.000 m3 de tierra se deslizaran desde el paraje de Maiko Sasi, al pie de la Malloa, recorriendo un camino de 1.400 metros, destruyendo todo aquello que se encontraba entre la Iglesia y la plaza del pueblo. Sin embargo, 30 caseríos que se encontraban más apartados no sufrieron daños. No hubo que lamentar victimas mortales. Los vecinos acondicionaron las bordas de los alrededores y construyeron nuevos caseríos, formando el pueblo que hoy en día conocemos. Con el esfuerzo de todos los vecinos, en 1715 construyeron el molino, en 1721 la Casa del Concejo y en 1725 la Iglesia, recuperando el antiguo y valioso retablo. En 1866 cayeron mas piedras en Lizeta y Haitz-Hautsi y en 1999 se produjo un pequeño desprendimiento haciendo recordar a los vecinos los sucesos anteriores.
Aralarko elkartea: La Unión de Aralar, con sede en el Ayuntamiento de Lakuntza, es un organismo histórico formado por los siguientes ayuntamientos y concejos: Arbizu, Arribe, Arruazu, Atallu, Azkarate, Betelu, Dorrau, Errazkin, Etxarri-Aranatz, Gaintza, Hiriberri, Ihabar, Intza, Irañeta, Lakutza Lizarraga, Lizarragabengoa, Unanua y Uztegi. La Unión, es la encargada de la gestión y aprovechamiento del monte Aralar por lo que administran y cuidan de sus pastos y bosques principalmente. Como curiosidad cabe señalar que no hace mucho tiempo, en esta zona podíamos encontrar numerosos animales salvajes, como por ejemplo los ya desaparecidos osos y lobos. En 1548, en la reunión de los vecinos que forman parte de los pastos de la Sierra de Aralar, se tomaron medidas para la caza de animales que pudieran perjudicar a los rebaños de ovejas. Por la caza de un oso se pagaban 6 ducados, por la de un lobo 2. Desde 1579 hasta 1608 se cazaron 19 osos y 7 lobos. Como se actuó sin tomar medidas de ningún tipo, en 1863 se cazó el último oso.
Personajes públicos:
«Intzako Damaso»: Miguel Olasagarre Zubillaga, nació en 1886 en el caserío Kalparregi de Intza. Era costumbre en casi todas las familias, que uno de los hijos dedicara su vida al servicio de la iglesia, siendo Miguel, el «beneficiario» de tal suerte en el caserío Kalparregi. Tras estudiar Ciencias-Sociales y Filosofía en Tudela y Teología en Pamplona, le nombraron sacerdote en 1910. Para sus trabajos eclesiásticos se hizo llamar «Intzako Damaso». A pesar de haber nacido en un entorno totalmente euskaldun, en la época en la que se ordenó sacerdote perdió su lengua materna. Solamente se comunicaba en euskera con su madre hasta que se percató de lo que había perdido. Animado por otros sacerdotes vascos recuperó el euskera y comenzó a reivindicar la cultura vasca. En los muchos libros y artículos que escribió utilizó los siguientes seudónimos: Kalparregi, Irumugarrieta, Araiz’tar D, Ar’tar D. En cuanto a sus trabajos, fundó la revista «Irugarrengo Prantziskotarra». Viendo el éxito de ésta, creó «Zeruko Argia» con la ayuda de los sacerdotes y compañeros de trabajo que querían fortalecer el euskera. Fué de los primeros navarros que formaron parte de Euskaltzaindia. En 1919 tomó parte en la constitución de la normativa de ésta. En 1921 participó en el Batzarre de Baztan como miembro de Euskaltzaindia. Realizó un trabajo sobre el dialecto Burunda de Navarra y propuso la unión del euskera queriendo formar el «Euskera Batua».
«Palacianos de Andueza» y las brujas de Araitz: Johan Martínez de Andueza era el dueño del Palacio de Andueza, al que estaba adscrita la alcaldía permanente de Araitz y la capitanía para casos de emergencia. Disponía además de un asiento en las Cortes. En 1512 llevó forzados 400 hombres de Araitz para tomar Pamplona, ayudando al Conde de Lerín y al ejército castellano. Posteriormente, siguió ofreciéndoles su ayuda hasta la dominación total de Navarra. Pedro de Lodosa se casó con la hija de Andueza. Como capitán de dicho palacio, tanto él, como su hijo Fermín de Lodosa y Andueza, tuvieron muchos problemas con el jurado de los distintos pueblos de Araitz, a consecuencia del abuso que ejercían sobre la gente del pueblo y al enfrentamiento que provocaba entre los mismos. Fermín de Lodosa y Andueza fue miembro del consejo del rey y tesorero general de Navarra. En 1574 tuvo problemas en la iglesia San Miguel de Arribe al sustituir su asiento por otro de mayor categoría de la que le correspondía. La indignación de los feligreses ante este hecho les llevó a romper dicha silla y tirarla al río. En consecuencia Fermín de Lodosa y Andueza llevó al pueblo a juicio y ganó. Aun y todo, tuvo que soportar la ira de sus vecinos. Fermín de Lodosa y Andueza imponía sus leyes al pueblo en contra de la voluntad de sus habitantes. En el caso de Intza, forzaba a algunos vecinos a denunciar a otros miembros del pueblo, acusándoles de brujerío. El 1 de febrero de 1595 detuvieron a 11 personas para declarar ante el juez. En un principio, los detenidos, estuvieron en la celda del palacio de Andueza y más tarde fueron trasladados a la cárcel de Pamplona. Para el 27 de abril ya había 27 detenidos en Intza y en ese mismo año, antes de que se celebrara el juicio, murieron 2 hombres y 10 mujeres en la cárcel. Entre los detenidos había 5 músicos y organizaban fiestas. A uno de ellos le dieron 100 azotes y el veredicto del juicio le obligó a ser desterrado durante 6 años. El resto de los detenidos, quedaron libres sin cargo, pero muchos de ellos volvieron a casa enfermos y a punto de morir, a consecuencia del maltrato que sufrieron durante la estancia en la cárcel. Los curas de Errazkin y Arribe también sufrieron presiones por dar ayuda a los acusados de Intza. Estos últimos, no entendían el castellano y en consecuencia testificaban en su contra en dicho idioma. En 1983 el director de cine Pedro Olea filmó la película «Akelarre» en Araitz, lo que causó un gran revuelo en el valle.